Los frailes menores capuchinos, que pertenecen a una orden religiosa que ha estado presente en Lombardía desde 1535, han ganado el aprecio de la población por su trabajo al servicio de la gente día a día. En Milán, en particular, se han convertido en una especie de institución. Los frailes, que participan en la caridad y también son sensibles a las expresiones de belleza, han creado un museo que presenta obras predominantemente religiosas. La herencia de la Orden se pone así a disposición de todos, reflejando las palabras del fraile Galdino en una famosa cita del autor Alessandro Manzoni: "Somos como el mar que recibe la afluencia de todos lados, y que distribuye lo que ha recibido a lo largo y ancho". Por este motivo, la entrada al museo es gratuita. Los visitantes que lo deseen pueden hacer una donación para apoyar el trabajo del Museo.
Una de las colecciones del Museo es un estudio iconográfico de San Francisco de Asís, fundador de la familia franciscana a la que pertenecen los frailes menores capuchinos. El Museo conserva obras de considerable valor, como el Velo de Verónica de Guercino (principios del siglo XVII) y la Vía Crucis (Estaciones de la Cruz) de Giovanni Domenico Tiepolo (1749).